Evo vs. Cala

Posted on 14/08/2013

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Evo vs CalaLa controversia es un excelente mecanismo de mercadeo, y nadie lo sabe mejor que el gobierno del MAS. El plantón, y las consecuentes declaraciones inflamadas de ambas partes, sufrido por el periodista cubano-americano Ismael Cala ha generado gran expectativa respecto a la entrevista – realizada finalmente poco después de la cita original – que se transmitió la noche del martes 13 en la cadena CNN en Español. Era, pues, una ocasión propicia, habiendo llamado la atención de muchísimos espectadores – no dudo que el rating de CNN subió enormemente durante la transmisión de la entrevista – para que Evo Morales se muestre carismático, seguro de sí mismo, en fin, un líder mundial como sus seguidores quieren mostrarlo.

Jugaba también a favor del Presidente el hecho de que Cala no es, ni mucho menos, el mejor periodista del mundo. Ni de CNN. Ni siquiera de CNN en Español. Ismael Cala es más bien un periodista “light”, reflejo del mundo pop hispanoparlante de Estados Unidos, junto con personajes del espectáculo cirsense de los medios hispanoamericanos como Shakira, Don Francisco o Marc Anthony, satisfecho, conformista y acrítico, entusiasta del capitalismo más ortodoxo y, sobre todo, incapaz de cuestionar la realidad más allá de teletones y caridades autoindulgentes.

Para colmo de bendiciones, la entrevista se haría bajo las condiciones impuestas por el entrevistado, con un cuestionario enviado de antemano y que no contenía una sola pregunta peligrosa, con la estricta prohibición de editar lo dicho por el Presidente, en la cancha del entrevistado y en un horario de grabación sumamente incómodo para el periodista. Esto debería haber sido, para Evo Morales Ayma, pan comido.

Y sin embargo, no fue así. Más allá del libreto repetitivo del discurso oficial, por el que no nos hemos enterado de absolutamente nada nuevo, hubo algo que me ha llamado poderosamente la atención. Evo estuvo, desde el principio hasta el final de la entrevista, a la defensiva. Pasivo agresivo a ratos, quiso quince minutos después de iniciada la entrevista ganar la posición dominante – demasiado tarde, una entrevista no es como el fútbol, o se gana la mano superior desde el arranque o se está condenado – y, aunque Cala fue muy respetuoso incluso cuando fue insultado por su entrevistado, el Presidente dio la sensación permanente de comportarse como un niño caprichoso, fatigado, impaciente y dispuesto a patear el tablero en cualquier momento. Su lenguaje corporal fue especialmente elocuente: incómodo, cambiando de postura en una silla que parecía muy dura, con señales claras de agotamiento, y con las manos cubriéndose la ingle como un jugador de fútbol preparándose para bloquear un tiro libre al arco. Era absolutamente evidente que Evo preferiría estar en cualquier otro lado que en esa entrevista.

Y no es un tema de oposición gratuita a Evo. Rafael Correa, por ejemplo, con quien comparto quizás 1% de las cosas que dice o hace, me impresiona cada vez que lo entrevistan. Siempre es muy seguro de sí mismo, agresivo pero de manera dominante, no pasiva, muy inteligente para guiar al periodista hacia lo que él quiere decir, y siempre muy hábil al momento de aprovechar estos espacios para mostrar claramente quién manda en Ecuador. Evo Morales no logró ninguna de las anteriores, al menos en esta entrevista, y desperdició olímpicamente una ocasión única para recuperar su imagen internacional. Luego que no culpe a CNN, la mala entrevista es, al menos en este caso, claramente responsabilidad suya y de su equipo de asesores que no lo ha preparado correctamente para la sesión.

Esteban

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